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El convento de “El Carmen Bajo”

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El convento de “El Carmen Bajo”

Se encuentra ubicado en las calles Venezuela y Olmedo, a unos metros del corazón del centro histórico de Quito.

En 1698 un fuerte terremoto destruyó la edificación de El Carmen Bajo, fundada en 1669 en Latacunga (ciudad ubicada a una hora y media al sur de Quito). Posteriormente se le trasladó a Quito donde su obra de construcción fue alentada por el obispo Paredes quien murió en 1745, año en que finalizó la construcción. Las custodias del templo son las religiosas carmelitas, quienes mantienen una vida de contemplación y espiritualidad.

La iglesia del Carmen Bajo o Moderno, según consta en los libros del monasterio, fue abierta en 1745. Las monjas carmelitas ya se habían instalado en la provincia ecuatoriana de Latacunga durante el siglo xvi, pero el devastador terremoto de 1698 las hizo emigrar a la capital de la Real Audiencia de Quito.

Ya en 1706 estaban levantados los claustros. Influyeron en su estructura arquitectónica dos factores: la localización del monasterio y el que todo el conjunto se hubiera construido a medida que se fueron comprando las casas de sus alrededores. Pese a sus reducidas dimensiones, los dos tramos de claustros conservan una gran armonía, apreciable asimismo en las dos salas capitulares y en la sencilla y hermosa fachada. Son elementos fundamentales de esta última las puertas de madera, donde muchos expertos encuentran trazos moriscos e indígenas.

En el retablo principal de su altar mayor destaca la Virgen del Carmen, tallada por una de las pocas mujeres reconocidas como artistas en la época colonial quiteña: la madre María Magdalena Dávalos y Larráspuro, que al tomar los hábitos se llamó sor María Estefanía de San José.

Entre la valiosa herencia de este grupo monumental figura el famoso Belén, compuesto por un gran número de figuras de barro esmaltado. Este excepcional conjunto muestra cómo era la arquitectura del momento y refleja con fidelidad la vida de las distintas clases sociales y oficios en el Quito colonial.

Fuente: Centro Virtual Cervantes