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Damero

“…El doctor rompió los sellos con gran cautela y así quedó a nuestra vista el mapa de una isla, con indicación de la latitud y la longitud, cifras de sondaje, nombres de colinas, bahías y fondeaderos y todos los detalles necesarios para permitir que un navío echara anclas en sus costas. Tenía nueve millas de longitud y otras cinco de latitud, y por su configuración parecía un grueso dragón erecto, con dos puertos bien resguardados y una colina en el centro denominada El Catalejo. Llevaba varias anotaciones de fecha más reciente y en particular se distinguían tres cruces en tinta bermeja: dos al norte de la isla, otra al sudoeste, y junto a esta última, con tinta del mismo color y letra muy cuidada que contrastaba con los garabatos trazados por el capitán en su cuadernillo, se leía: “Aquí, parte del tesoro…”