Vimos su crecimiento,
después el respaldo del monte, nubecilla verde,
y cuando fue dorándose bajo las estrellas.
Pasa el viento por los nervios: una delgada caricia
se hace en la superficie del pecho.
Dorándose… las manos sueltas en el cebadal ; se siente una
avalancha de tórtolas presta a desprendernos, pulgada a pulgada,
en otros pájaros brillantes…