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La Semana Santa fortalece el Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI)

El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) tiene como misión proteger y promocionar el patrimonio material e inmaterial del Distrito Metropolitano de Quito. Este último engloba las manifestaciones culturales vigentes, como las que se revitalizan – año a año- en Semana Santa.

Para el catolicismo, este es un evento que rememora la última semana de vida de Cristo. Entre los creyentes, se la reconoce como la Semana Mayor e inicia con las representaciones del Domingo de Ramos, y concluye con la rememoración de la resurrección.

Ingresó con la colonización, que buscó eliminar las costumbres y tradiciones andinas. Sin embargo, aún conserva elementos de nuestro pasado que se evidencian en la música, vestimentas, rituales, y símbolos que integran el sincretismo religioso. Además, se manifiestan en los rostros de las imágenes (como su tonalidad de piel, miradas, rasgos); o en los alimentos propios de la época, que utiliza granos endémicos y condimentos de este territorio.

A lo largo del tiempo, esta celebración ha reproducido actos devocionales y rituales de una forma similar a lo que ocurre en Europa, es decir que algunos personajes, y la teatralización del viacrucis, se replican casi de manera exacta. Aun así, en algunas parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito, existe la presencia de otros, como los pingulleros, bandas de pueblo, diablos y priostes, que son propios de las fiestas populares. Su presencia implica un cambio de roles pues, pasan de ser elementos festivos, a ser parte de un tiempo solemne de silencio y recogimiento.

En cuanto a la forma de organización, en algunas parroquias se utiliza el sistema del priostazgo para llevar a cabo la celebración. Las jochas son una estrategia importante, ya que permiten ensamblar el evento con todo lo necesario, ya sean requerimientos de la iglesia, o aspectos como la música, comida y, actualmente, la obtención de permisos para el uso del espacio.

La minga también es parte importante ya que en los barrios o en parroquias pequeñas, permite poner a punto los espacios por los que transcurrirá el viacrucis, o el ensamblaje de las estaciones.

La Semana Santa no solo es una celebración religiosa pues, las dinámicas que ocurren a su alrededor, forman parte de complejas manifestaciones de distintos ámbitos del PCI. Durante estos días y en la procesión del Viernes Santo, las creencias, formas de organización, el patrimonio agroalimentario y la elaboración de prendas religiosas se entrelazan para dar vida a esta tradición que une a las personas, refuerza vínculos sociales y fortalece nuestro patrimonio.