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La Banda 23 de Mayo de Chillogallo: patrimonio vivo y tradición musical

Con bombos, platillos y trompetas los integrantes de esta agrupación, con más de 60 años de trayectoria, acompañan las celebraciones artísticas y culturales que se desarrollan en distintas parroquias del Distrito Metropolitano de Quito.

Fundada en 1957 por Juan Manuel Llumiquinga, tío del ahora coordinador del grupo, Marcelo Correa, se destaca por interpretar géneros musicales tradicionales como el pasillo, sanjuanitos, albazos, danzantes, la tonada y 12 cantos religiosos exclusivos.

Su nombre es en honor a un evento histórico, la noche en la que el mariscal Antonio José de Sucre y sus tropas independentistas se refugió en una casa de hacienda ubicada en la parroquia Chillogallo (al sur de la capital), antes de ascender a las faldas del volcán Pichincha, donde se dio la batalla que nos llevó a la libertad, el 24 de Mayo de 1822.

Actualmente, la integran 12 músicos cuyas edades oscilan entre los 16 y 75 años. Ensayan y se presentan bajo la dirección de Estuardo Rivadeneira, quien los ha guiado para incorporar ritmos modernos a su repertorio, sin perder la esencia de sus melodías habituales. Esta capacidad de adaptación ha permitido que su música sea apreciada por las nuevas generaciones.

La 23 de Mayo es la única banda que ofrece una retreta gratuita el día de su aniversario, en el barrio del mismo nombre, de la parroquia que les vio nacer, en conmemoración de las festividades y también, en diciembre, con motivo de las fiestas de Quito.

Marcelo comenta que los viernes por la tarde, se reúnen para poner a punto las melodías que interpretarán en sus próximas presentaciones. Allí revisan las partituras, comparten historias y conocimientos; y eligen las canciones con mayor acogida entre el público. Sin embargo, no todos los integrantes asisten, debido a sus compromisos laborales.

Los esfuerzos que hacen para continuar con el legado musical son muestra de su compromiso con la preservación del patrimonio intangible de Chillogallo y la ciudad, y aseguran su perdurabilidad en el tiempo.

El 30 de noviembre de 2011, el Concejo Metropolitano de Quito declaró a las bandas de pueblo como patrimonio inmaterial de la ciudad, reconociendo su valor cultural y contribución a la identidad local./ GT