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“Cuenta Cuentos” permitió conocer leyendas sorprendentes del Noroccidente de Quito

La tarde lluviosa de este miércoles 13 de enero en la cafetería del Museo de Sitio de Tulipe se dieron cita: abuelos, padres, hijos, nietos y moradores de las parroquias Gualea, Nanegal y la comunidad anfitriona de Tulipe.

Emocionados y sin importarles el frio ocasionado por la torrencial lluvia, escucharon con atención y asombro varias leyendas contadas en detalle por varios vecinos y vecinas de las diferentes parroquias del Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito.

El evento “Cuenta Cuentos” organizado por la Alcaldía de Quito a través del Instituto Metropolitano de Patrimonio fue un reencuentro con el patrimonio cultural intangible de este importante sector del Distrito Metropolitano.

“Cuenta Cuentos”, fue una magnífica oportunidad para la recuperación de la memoria oral expresada mediante leyendas, tradiciones e historias de los habitantes  del sector. El evento permitió rescatar y hacer conocer a las nuevas generaciones relatos increíbles contados por los mayores.

Los vecinos y vecinas, presentaron de una manera sencilla y natural los relatos de sus vivencias, de sus experiencias y anécdotas que vivieron hace mucho tiempo en estos sectores del Noroccidente.

El señor Isaac Romero de 76 años, morador del sector El Belén de la parroquia Gualea, contó que una ocasión levantándose del trabajo, como a las cuatro de la tarde, lejos del pueblo regresaban en grupo, él encabezaba la caminata ahí estaban pasando la misa de los tres reyes, le invitaron a comer a y tomar una chica en la casa, luego de salir de ahí, caminando se topo con una piedra bien grande y un hombre gritando y llorando, se acerco para decirle que se levante, se vaya a la casa, a lo que le respondió que no, que él era un condenado y le propuso más bien que le acompañe que tenía oro y plata y vamos para darte, le dijo; Isaac le cogió de la mano para hacerle levantar, le pidió que rece, que se persigne y no quiso, caminaron un buen trecho, y dice que antes de llegar a un puente el señor se transformo en un gallinazo y salió volando para meterse en una quebrada, del miedo salió de un soplo hasta el otro lado de la quebrada, dice que ni sintió como llegó; su reflexión final y pregunta es quién era y se contesta el diablo, no cierto, al finalizar su anécdota.

También participaron contando cuentos: Hilda Pérez de 69 años de la comunidad de Gualea, Hilda Tufiño con 63 años del sector de Bellavista, Fabián Mora con sus 76 de Urcutambo, Arturo Baca de 75 años, perteneciente a Vista Hermosa en Nanegal, Elmira Almeida con sus 79 años y Olga Velasco de 83 años que viven en Tulipe.

Otro de los cuentos que les pareció sorprendente a los asistentes fue el que contó Freddy Manguiz de 35 años, quien relató: lo que le sucedió a un hermano suyo en unos terrenos que compraron para sacar madera, un cierto día después de comer, su hermano se durmió y luego se despertó con dolor de cabeza, de todo el cuerpo y pasó, al día siguiente amanece con el estómago flojo, le limpiaron por el mal aire, se le llevo a Nanegalito al hospital, ahí les llamaron la atención por comer y beber agua donde quiera, que se trataba de una infección en el estómago, luego le pasaron a Quito con una infección del intestino grueso, inclusive se le hizo exámenes del VIH porque la diarrea no le pasaba, paso así un mes que se iba muriendo, le dijeron que tenía que operarse, le trasladaron a otra clínica listo para la cirugía su madre desistió de la operación, le sacaron de ahí y le llevaron a una Clínica Andina, cerca de Riobamba, le vio un shaman quien se sorprendió porque a lo que entro el enfermo vio una sombra negra, les dijo que la montaña se le va a llevar y toca hacer una ofrenda, un ritual a la madre naturaleza con productos que tiene la tierra, se regresan en la misma noche, llegan a la montaña ahí les toco entrar fumando, llegaron al sitio, empezó a rezar, el ritual con fuego y comenzó a soplar fuerte el viento, acabo el ritual y el hermano se levanta sin ninguna dolencia; y aunque no lo crean la montaña le quiso llevar a mi hermano, finalizó contando Freddy a los presentes.

Cuentos e historias como estas relataron este miércoles el Museo de Sitio Tulipe los moradores de las parroquias del Noroccidente de Quito.