Saltar al contenido

Actualizamos el inventario de bienes muebles del DMQ

Un dron sobrevuela el retablo principal de la Catedral Metropolitana de Quito, ubicada a un costado de la Plaza Grande, Centro Histórico. Este equipo tecnológico, que generalmente se usa en exteriores, ahora es una herramienta fundamental para el inventario de bienes muebles de interés patrimonial que desarrolla el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).

Capta fotografías de alta definición que permiten observar detalles que no se aprecian a simple vista. Con sus ocho sensores, ejecuta telemetría, es decir, la medición remota de magnitudes y posterior envío de la información hacia el operador del sistema, mediante redes inalámbricas, evitando el desmontaje de los bienes, lo que podría resultar invasivo y provocar deterioro.

Este es solo un apoyo durante el proceso que ejecuta un equipo multidisciplinario de alto profesionalismo y experiencia, integrado por museólogos, restauradores, historiadores y asistentes; encargado del registro, actualización o depuración de unas tres mil fichas de bienes muebles (objetos culturales que se pueden trasladar) incluidas en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Ecuatoriano (Sipce). Esta base de datos corresponde, en bienes culturales patrimoniales, a lo que para los ciudadanos sería el Registro Civil, pues la ficha es una suerte de cédula de identificación que nos representa o cohesiona como nación.

Mobiliario, retablos, pinturas en lienzo, mural, esculturas, prendas de vestir, instrumentos musicales, portadas de piedra y otros, serán retratados uno a uno, recopilarán datos de la época de creación, materiales, estilos, valor simbólico y hasta el mínimo detalle que permita distinguirlos, identificarlos o actualizar la información existente.

La constatación se realiza en el lugar donde se ubican físicamente, generalmente en manos de custodios de órdenes religiosas de las iglesias y conventos, para este caso: Santo Domingo, Compañía de Jesús, La Catedral, Santa Bárbara, San Marcos, La Concepción, El Sagrario, San Diego. Monasterios Santa Catalina de Siena y Agustinas de la Encarnación, Capilla del Robo, Teatro Nacional Sucre, entre otros.

Se prevé que este proceso tome alrededor de cuatro meses de trabajo continuo e implica una inversión de recursos municipales de alrededor de $120.000, encaminados a determinar su estado de conservación y desarrollar políticas de preservación del patrimonio cultural de nuestra capital. / ARS

¡Conservar y preservar el patrimonio es nuestro deber!