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Enrique Angulo el último animero de Puéllaro

En el próximo feriado le invitamos a visitar la parroquia de Puéllaro, conocer y valorar el ritual religioso que durante 30 años ha realizado el último animero de esta importante jurisdicción el señor Enrique Angulo.

El animero es una tradición vinculada al del Día de los Difuntos que se remonta a la época colonial. Aparece a media noche y reza por las almas del purgatorio siendo el cementerio el lugar de inicio del ritual. En la Real Audiencia el animero, vestido de blanco, portaba en sus manos una calavera humana, una biblia, un fuete, un crucifijo y una campanilla.

Don Enrique Angulo, aprendió el oficio de Don Mecías Ayala quien, al morir, confió en él. Para ser animero hay que ser devoto de las almas y verlas vestidas de blanco acompañando al animero cada día del novenario que tiene inicio a las 12 de la noche en punto en el cementerio y allí mismo termina, al dejar a las almas rezando a dios y la virgen.

“Grito a las almitas y veo clarito que se acogen donde mí” esas son las palabras del animero de Puéllaro, don Enrique Ángulo, quien tras la muerte de su hija a los 11 años de edad sintió el llamado de acompañar a las almas durante nueve días antes del 2 de noviembre, año tras año, para que encuentren el camino a la gloria.

“Ella me acompaña esas nueve noches, porque toditas las almitas me acompañan desde el momento que yo me estoy vistiendo en el cementerio, en la cruz, rezo a diosito y a la santísima virgen, les rezo a las almitas un padre nuestro, les grito y siento que se acogen las almitas donde mí (…)”, indicó don Enrique.

El rito le enseñó el padre Remigio Dávila de la parroquia Atahualpa. El padre le enseñó a gritar (rezo cantando), a orar, a vestir, a salir y tocar la campanilla.

Los habitantes Puéllaro durante 30 años han visto a Don Enrique Angulo rezar cantando (gritar a las almitas) y caminar por las calles tocando, al término de cada canto, tres campanadas.

En el feriado visite la parroquia de Puéllaro y valore el trabajo a favor de las almas del purgatorio realizado con mucha devoción por el señor Enrique Angulo, quien lamentablemente por el estado de salud de su esposa dejará este año su oficio. Invitamos también a los jóvenes de la parroquia a continuar esta labor parte importante del patrimonio cultural inmaterial de la ciudad.

Logramos conocer al último animero gracias al registro del Patrimonio Cultural Inmaterial y Sonoro del Distrito Metropolitano realizado por la Alcaldía de Quito que permitió investigar, evaluar y documentar las fiestas, música, leyendas, gastronomía, juegos tradicionales, etc., para que quede evidencia de este valioso legado que se ha ido conservando de generación en generación.