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18 de abril: Día Internacional de los Monumentos y Sitios

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, estableció el 18 de abril como el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, con el objetivo de resaltar la importancia del patrimonio cultural en los distintos países, su amplia diversidad y los esfuerzos realizados para su conservación y promoción. Asimismo recomendó a los Estados miembro asumir esa conmemoración con el fin de intensificar su empeño en fomentar una mejor comprensión de este ámbito.

Es así que -en 2011- Ecuador declara al 18 de abril como Día Nacional del Patrimonio Cultural, Monumentos y Lugares de Interés Histórico y Artístico, para promover la conciencia sobre su diversidad, vulnerabilidad y de los esfuerzos que demanda su protección y salvaguardia.

El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), como órgano ejecutor de la política pública de la Alcaldía de Quito para el cuidado, conservación y puesta en valor de la memoria histórica del Distrito Metropolitano, realiza el inventario de los cinco ámbitos que abarca el patrimonio: inmueble, mueble, documental, arqueológico e inmaterial.  Los cuatro primeros integran el patrimonio material o tangible y el último el inmaterial o intangible.

El inventario consiste en una investigación técnica de cada tipo de bien o manifestación, que se registra sobre la base de herramientas metodológicas definidas por el Estado (fichas, instructivos, glosarios) y criterios de valoración definidos. Esta data integra el Sistema de Información del Patrimonio Cultural del Ecuador, Sipce.

El patrimonio cultural material y los bienes que lo componen, se consideran “inestimables e irremplazables” por el valor histórico-cultural que aportan. Son creaciones realizadas por agrupaciones de personas, comunidades o sociedades del pasado que, pese a su antigüedad, tienen relevancia en la evolución de la sociedad.

El patrimonio cultural inmaterial está en las acciones que desarrollamos cotidianamente: en nuestra forma de hablar, de relacionarnos con la naturaleza, alimentación. Estos saberes son producto de procesos históricos complejos, y sirven para adaptarnos al entorno social y natural. El traspaso de este, de generación en generación, es una forma de resistencia, ya que recordamos a nuestros ancestros en sus formas de vida, luchas y cosmovisión.

Salvaguardar el patrimonio cultural significa custodiar nuestra historia, reconocer nuestros orígenes y ser orgullosos de estos.

¡Honremos nuestra historia, cuidemos nuestro patrimonio!