La luz de las velas o linternas iluminan los caminos que recorren miles de devotos para llegar a pie hasta la parroquia rural El Quinche, ubicada al noreste del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ). Y es que, movidos por la fe, la esperanza o el agradecimiento, encuentran en esta manifestación, la forma idónea para honrar a Nuestra Señora de la Presentación de El Quinche.
Parten desde distintos puntos del DMQ, al anochecer del viernes y sábado, desde mediados del mes de noviembre. Ataviados con ropa abrigada y refrigerios, van en grupos familiares, de amigos, parejas o solos, pues cumplir su objetivo es lo más importante: llegar hasta el templo de la Virgen del Quinche. Allí, les reciben de puertas abiertas, con espacios para el recogimiento y descanso.
El día propio de la celebración es el 21 de noviembre, donde la jornada inicia temprano con celebraciones religiosas cada hora. La misa campal de las 11h00 es una de las más concurridas, seguidas de la procesión con la imagen de la santa, acompañada de oraciones, cantos, peticiones y ofrendas.
Jorge Guerrón, comerciante de velas y objetos religiosos que tiene su puesto desde hace más de 50 años en las afueras del santuario, comenta que la devoción alcanza a tantas personas que, aunque emigran dentro o fuera del país, “no se olvidan de la virgencita”.
Su imagen vino desde Oyacachi, localidad ubicada en el cantón El Chaco, provincia de Napo, donde había permanecido por 14 años. Un obispo dispuso su traslado a San Pedro de El Quinche, hace más de 300 años.
El conjunto de actividades que los creyentes despliegan en honor a la Virgen del Quinche, se heredan y transmiten de generación en generación, por lo que son parte del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI). Su ámbito de acción principal es esta parroquia rural, pero también se extiende a lugares como la Comuna El Ejido de Amaguaña, Atahualpa, el barrio Santa Anita de Bellavista y Chilibulo, donde la fiesta es parte de los eventos representativos en el año.