La memoria de un pueblo nos habla de sus luchas históricas, las migraciones y adaptaciones. De sus orígenes, antepasados y el inminente cambio; así como de las batallas que han librado contra la opresión y discriminación. Evidencia las estrategias que han construido para enfrentarse a las vicisitudes del ambiente, el sistema y la sociedad, así como del arte que nace como consecuencia.
Es por esto, que el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) -en su tarea de salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ)-, desarrolla la investigación Memoria social del Pueblo Afro en Quito, liderada por el antropólogo John Antón.
Este estudio tiene como objetivo reflejar la situación sociocultural del pueblo afroecuatoriano en el DMQ, para visibilizar su participación en la construcción y consolidación, a lo largo de la historia. En una primera fase, mediante la revisión de archivos históricos, se ha establecido el racismo estructural que le ha afectado, así como sus estrategias de lucha y resistencia.
Documentos que datan de 1738, dan cuenta de los comportamientos, pensamientos y actitudes racistas ante la población esclavizada, por parte de los administradores del sistema jurídico del territorio que ahora conocemos como Ecuador. En registros del Archivo Histórico Nacional del Ecuador y el Archivo Metropolitano de Historia de Quito, encontramos acusaciones de fuga, negaciones de compras de libertad y avalúos de esclavos para su comercialización como mercancías.
Allí se describe, desde la voz de los y las esclavizadas, la violencia ejercida, planteando una imagen clara de la explotación y condiciones de vivienda, salud física y mental en la que vivían. Sin embargo, estos mismos escritos son la prueba de la agencia y resistencia de los antepasados del pueblo negro y afroecuatoriano, a través de un uso estratégico de los sistemas legales coloniales, para solicitar cambios de amo, manumisión, resistir la imposición arbitraria de la esclavitud y denunciar los mecanismos de coerción y abusos de poder de sus propietarios.
La memoria es patrimonio porque guarda las vidas, muertes y renacimientos de un pueblo. Es la evidencia de cómo resistieron antes, la constancia de que lo siguen haciendo y el mapa de cómo lo volverán a hacer. En este sentido, los hallazgos de la investigación -en esta primera etapa- constituyen una base para comprender el presente, y revalorizar y revitalizar la historia y resistencia de pueblos históricamente marginalizados.
El proyecto continúa su curso y se prevé concluya en mayo, tras lo cual presentaremos sus resultados a los grupos de interés y ciudadanía del DMQ.
IMP/FB