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Salvaguardamos la integridad de dos monasterios patrimoniales

La Concepción y Santa Clara, iglesias y monasterios con siglos de historia, ubicados en el corazón del Centro Histórico de Quito, son el escenario donde obreros, carpinteros, arquitectos, ingenieros y técnicos trabajan arduamente en el proceso de saneamiento de humedades, que permitirá salvaguardar las edificaciones.

Las intervenciones arrancaron en enero de 2025 y se prolongarán por al menos cinco meses, en los que el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) desarrolla acciones para precautelar la integridad de estos bienes patrimoniales, cuya custodia corresponde a órdenes religiosas. Con una inversión de recursos municipales que bordea los $400.000 y el trabajo minucioso de unas 40 personas, recuperamos cada espacio con estricto apego a su originalidad.

65.000 tejuelos para la cubierta de Santa Clara de Asís

En la iglesia y convento Santa Clara de Asís, ubicado en la calle Rocafuerte y Cuenca, la gestión se concentra en la consolidación de la base de conformación de cúpulas y el cambio del material del recubrimiento del sistema de impermeabilización que cumplió su vida útil, pues la intervención anterior ocurrió en 2006. Tras la instalación de una sobrecubierta, retiramos piezas planas de arcilla cocida, para dar paso a la colocación del revestimiento cerámico, enviado a fabricar en medidas y características similares a los anteriores y manteniendo la forma. Adicionalmente, damos mantenimiento a la carpintería de madera en el sector de las cúpulas; así como a la organización del sistema de iluminación ornamental.

Santa Clara fue fundado por la comunidad de clarisas franciscanas en 1595 en una primitiva capilla de adobe, que aprovechó varias casas existentes. Tras el sismo de 1645, se emprendió una nueva construcción, que se extendió para dar paso a la iglesia y huerto.


Fin a las goteras en La Concepción

El convento de La Concepción, situado sobre la calle Mejía (entre García Moreno y Benalcázar), tenía goteras y humedad, que afectaron a vigas de madera, muros, cielo raso y pisos. Instalamos una sobrecubierta que facilitó retirar el tejado, colocar una nueva estructura de madera con vigas de características técnicas que soporten placas de fibrocemento, sobre las cuales se colocará la teja de barro original. Adicional se intervendrá en los cielos rasos, iluminación de cada espacio, conformación de cámaras de ventilación inferior y finalmente el acabado de los pisos.

La edificación original cumplió la función de casa de recogimiento de mujeres solas. En 1577 funcionó el primer Monasterio de Quito, sujeto a la orden franciscana. En el siglo XVIII ocuparon la cuadra completa, mediante donaciones.


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