La celebración de fin de año está presente en todas las ciudades del Ecuador, principalmente con la tradición de quemar el año viejo o monigote, hecho que representa dejar atrás las experiencias negativas del año pasado, y dar la bienvenida a uno nuevo, con la esperanza de que sea mejor que el anterior. El Año Viejo es un monigote que representa el año que termina y se elabora con ropa vieja, cartón, papel o espuma flex y rellena con distintos materiales.
En Quito, su quema es una de las tradiciones vigentes desde hace más de 150 años y es un rito rodeado de familiares, disfraces, viudas y algarabía. Todas estas prácticas, son parte de nuestro patrimonio cultural inmaterial: es el que nos relata las formas de vida de los grupos humanos y representa la forma de vida actual de muchas comunidades, a través de manifestaciones intangibles.
Es por eso que el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) ha programado concluir este 2024 honrando a este patrimonio, con un taller de elaboración de caretas tradicionales –elemento indispensable de estas festividades- en el que los moldes, el papel, engrudo, colores e imaginación son los elementos que darán vida a personajes como las viudas, payasos, diablos e incluso políticos.
El facilitador será el portador de este saber, Diego Vaca, miembro de una generación de artesanos dedicada a esta labor, quien transmitirá sus conocimientos a los asistentes, previamente registrados. Serán tres jornadas gratuitas, una diaria a partir del viernes 27 de diciembre, que se desarrollarán en el centro, sur y norte de la ciudad; y para las que los cupos se agotaron, pues estuvieron disponibles desde el lunes pasado en la página web del IMP.
IMP/ARS
