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Lluvias: prevención para enfrentar riesgos en inmuebles patrimoniales

El mantenimiento es la clave para la protección y preservación de bienes inmuebles, y es responsabilidad de sus propietarios o custodios. Esta premisa, se vuelve vital cuando se trata de predios patrimoniales que, en el Distrito Metropolitano de Quito bordean los 7.500, distribuidos tanto en el centro histórico, como en barrios y parroquias urbanas y rurales.

Los propietarios o custodios son quienes –al estar cerca de su bien- deben evaluar los requerimientos y ejecutar acciones preventivas como limpieza de canales, bajantes, sumideros, tuberías, pozos, retiro o reposición de tejas en mal estado, reparación de goteras por desgaste de recubrimientos u otros trabajos menores. Para estos, no requieren permisos, pues son acciones rutinarias.

En caso de necesitar asesoría, pueden acudir al Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) que la ofrece de forma gratuita. Tanto más, si detectan un conflicto mayor para cuya evaluación pueden solicitar una inspección técnica, tras la cual se emitirá las recomendaciones que el propietario aplicará, enmarcadas en la normativa vigente. Y, en caso de situaciones emergentes, deben comunicarse con el ECU 911 que activa a las entidades municipales para un despliegue inmediato.

Es importante tomar en consideración que, con el cambio de normativa tras la aprobación de la Ordenanza 081, la Alcaldía –a través del IMP- ofrece un catálogo de beneficios para los propietarios de inmuebles patrimoniales privados, a fin de contribuir a su habitabilidad y cuidado.  La información sobre estos programas de inversión están en la página web patrimonio.quito.gob.ec y para obtener detalles, basta con comunicarse con la institución, por cualquier vía.

Como parte del Plan Lluvias que ejecuta el Municipio, se realizaron labores preventivas en los inmuebles bajo su custodia. Sin embargo, existen casos fortuitos, como el ocurrido la tarde de ayer jueves en un inmueble ubicado en la calle Quijano y Loja, donde colapsó una parte del muro de su cerramiento lateral, producto de la temporada invernal.

Se trata de un bien adquirido hace más de una década por la administración municipal de la época, que se encuentra sin uso, bajo custodia municipal y asegurado.

El muro que se desplomó era de construcción mixta (ladrillo y adobe) y se asentaba en una cimentación de piedra, que supera la diferencia de niveles de la calzada. Frente al incidente, el accionar metropolitano fue inmediato, tanto para efectuar las verificaciones pertinentes, cuanto para desplegar la reparación emergente.

IMP/ARS

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