San Marcos constituye uno de los barrios más antiguos de la ciudad, adquiriendo su categoría de parroquia eclesiástica en 1595. Su arteria principal es la calle Junín, que comienza por la Flores en el occidente y termina dos cuadras al oriente de la plaza. Al barrio se le conoce también como La Loma Chica, en contraposición a su vecina, La Loma Grande, que se encuentra al sur.
Sus primeros habitantes incluían mayoritariamente a indígenas dedicados a diversos menesteres, pero también plateros y clérigos, lo que marcó su tradición residencial que se consolidó sobre todo en los siglos XVIII y XIX. Esta vida vecinal se desarrolla, especialmente, alrededor de la tranquila plaza ajardinada y con fuente lobulada del siglo XX, así como de la iglesia de inicios del siglo XVII, ambas ubicadas hacia el oriente de la calle Junín.
La Iglesia y monasterio de Santa Catalina de Siena, datados de fines del siglo XVII y reedificados en el XIX, marcan el límite occidental de San Marcos, y desde allí, siguiendo el eje central del barrio, se puede encontrar edificaciones que junto a sus puertas presentan pequeñas placas con fotografías y breves reseñas de algunos de sus ocupantes, manteniendo viva la memoria de los vecinos que vivieron en ellas, sobre todo en el siglo XX.
A lo largo de la calle Junín encontramos, además, la mansión que alberga el Museo de Manuela Sáenz, con una importante colección privada de objetos relacionados con esta heroína de la Independencia. Los hoteles Illa Experience y Casa San Marcos, que ocupan edificaciones patrimoniales del siglo XIX y XX respectivamente. El Museo Archivo de Arquitectura, perteneciente al Colegio de Arquitectos del Ecuador. El Museo de Acuarela y Dibujo Muñoz Mariño, que presenta obras de este importante artista en una casa del siglo XVIII que perteneció a la pintora Brígida Salas. La Casa Benalcázar en la esquina de la plaza, que hoy es sede del Archivo del Municipio de Quito. Y finalmente el antiguo Quito Garage, que fue el primer parqueadero público de la ciudad y hoy es ocupado por la Casa Somos San Marcos.
San Marcos es, también, célebre por sus talleres de oficios tradicionales como la ebanistería, restauración, dorado y platería, pintura y escultura, así como algunos restaurantes y cafeterías pequeñas pero muy acogedoras que brindan una experiencia tranquila y diferente al visitante.